Cuando me tocó vivir en Roma, hace mas de 20 años, era mucho más joven y tenía dos bebés, uno de meses y otro con tres años recién cumplidos.
Por ello, no era que tuviera mucho tiempo para dedicar a la cocina gourmet, pero sí me encantaba experimentar e imitar cada plato que probaba o acababa de conocer. Estaba en Italia y no podía dejar de aprovechar cualquier oportunidad para aprender su arte culinario.
Eran épocas en que no existían las redes sociales y eran aún rudimentarias las computadoras caseras, tenía una encantadora vecina, que solía cocinar delicias. Uno no debía fallar a una invitación, donde te prometían poder ver cómo se preparaban cosas como un delicioso pastel al estilo italiano y una vez, ante mi curiosidad, me dijo – vente a casa y lo hacemos juntas. Ella también tenía un niño que solía jugar con mis hijos, por lo que me venía bien una de esas agradables invitaciones. Prepararía el tradicional pastel de ricotta y espinaca.
Fue toda una experiencia. Conversamos de ingredientes, de formas de hacer la masa, comparando algunos platos latinoamericanos similares o heredados de los inmigrantes italianos
Otro día, Ya en casa, quise probar cómo me salía la receta y creo que casi logré reproducir el sabor y textura de ese delicioso pastel. Pero, cada uno tiene su forma y secretos aunque tu estés mirando como lo hacen.
Hoy, después de mucho tiempo, he retornado a vivir en este hermoso país, encontrándome en casa en una situación especial, con mucho tiempo para estar experimentando recetas y se me ocurrió volver a probar esa receta. Algo de espinaca, algo de prosciutto y en verdad creo que volví a tener un resultado delicioso.
Hoy les comparto mi versión de esa tarta, que nació hace muchos años en mi cocina, en un mundo sin redes sociales. Disfrútenla
PASTEL DE ESPINACA
RELLENO
500 gramos de hojas grandes de espinaca
1/2 taza de nueces, granuladas y acarameladas
1/2 taza de zanahorias peladas y cortadas en dados pequeños
2 barras de apio picado en dados pequeños
1 una cebolla mediana picada en dados pequeños
2 lonjas de prosciutto crudo en trozos
2 huevos duros
1 huevo fresco
Una cucharada de queso parmesano
Sal y pimienta
Aceite de olivo
MASA
50 gramos de mantequilla
50 gramos de queso crema
2 tazas de harina preparada
1/2 taza de leche
Sal y pimienta
1 huevo
PREPARACIÓN
MASA
Integrar en un procesador la harina, la mantequilla, el huevo fresco y el queso crema, una pizca de sal y 1/2 taza de leche, hasta obtener una masa uniforme. Retirar, colocar en una hoja de papel para hornear (papel manteca) y envolver estirando un poco. Llevar al refrigerador para que tome cuerpo. La masa debe quedar mórbida y no pegarse en las manos.
RELLENO
Poner en una cacerola el aceite de olivo en cantidad necesaria para cubrir el fondo. Agregar la cebolla y cocinar hasta que sude.
Agregar la zanahoria, el apio y la espinaca. Cocinar con cuidado de no sudar mucho la espinaca. Retirar del fuego y sazonar con sal y pimienta. Agregar las nueces acarameladas picadas y el prosciutto en trozos. Mezclar bien y agregar el huevo crudo previamente batido con el tenedor.
Si lo desea, puede agregar a la mezcla una copita de vino blanco y una cucharadita de queso parmesano rallado al gusto.
Estirar la mitad de la masa y forrar un molde de aproximadamente 25 cm. de diámetro. Agregar el relleno colocar rodajas de huevo duro y dejar jugar su imaginación para cubrir el relleno con el resto de la masa. pintar la masa con un poco de huevo batido y hornear por 45 minutos a una temperatura de 180 grados.